En los casos en los que la violencia física y/o psicológica del hombre se dirige únicamente a la mujer y no a los hijos e hijas, algunas mujeres entienden que esta situación no afecta a los menores, por lo que deben de soportar y aguantar estos malos tratos por el bienestar de sus hijos/as.
En otras ocasiones, en las que hay violencia de género en la pareja, como los menores no hablan ni manifiestan su malestar y sufrimiento por esta situación, se interpreta que no les afecta y/o no se dan cuenta de lo que pasa.
Muchos niños/as dan poca importancia a la violencia a la que están o han estado expuestos como un modo de protegerse del dolor que ello les causa, muy pocos hablan acerca de lo que ocurre o sobre el sentimiento de desprotección e inseguridad que viven.
¿Cómo influyen los hijos e hijas?
La decisión de algunas mujeres víctimas de violencia de género de continuar la relación o volver con el agresor, representa uno de los factores que más incomprensión generan en el entorno familiar y social de la mujer, así como en la sociedad en general.
Entre los factores más relevantes que inciden en que la mujer decida continuar la relación de pareja, está presente la preocupación por sus hijos/as:
- La preocupación respecto a cómo pueda afectarles la separación a los menores; por ejemplo en el caso de que tuvieran que ingresar en una casa de acogida.
- La inestabilidad que les pueda generar la separación.
- El miedo a no disponer de suficientes recursos materiales para atenderlos.
- El miedo a un futuro incierto junto con sus hijos/as.
- El miedo a las represalias del agresor hacia los menores.
- Hacer pasar a sus hijos/as por un procedimiento judicial.
Los menores victimas de la violencia de género ejercida hacia sus madres se les dificulta aprender a resolver conflictos, a ser empáticos, y se afecta de manera importante la idea de pareja.
Pueden establecer como una forma de relación aceptable, que el poder lo lleve el hombre y que para ejercerlo pueda hacer uso de la violencia (física, psicológica, verbal), mientras que entienden como características femeninas la debilidad, dependencia y sumisión frente al hombre.
La exposición a la violencia de género de niños y niñas puede tener repercusiones negativas significativas en su desarrollo emocional, social, cognitivo y académico. Esta exposición puede tener consecuencias a largo plazo y afectar su funcionamiento en la vida adulta.
Las circunstancias violentas dentro de la vida en el hogar, dificultan a los niños y niñas desarrollar sentimientos de confianza y seguridad. La violencia afecta la visión que tiene el niño o la niña del mundo y de sí mismo, sus ideas acerca del significado y propósito de la vida y de sus expectativas de una felicidad futura.